Оценить:
 Рейтинг: 0

Estaba anocheciendo

Год написания книги
2020
На страницу:
1 из 1
Настройки чтения
Размер шрифта
Высота строк
Поля
Estaba anocheciendo
Tatiana Oliva Morales

Hace unos años vi la actuación de Mikhail Zadornov con su monólogo “Estaba anocheciendo”, que realmente me gustó y no podía sacarlo de mi mente. Entonces decidí que definitivamente escribiría algo del mismo estilo. Pero no me pasaba ninguna situación vital correspondiente. Y ese Año Nuevo, durante la cena de celebración, uno de los invitados había contado la historia muy divertida que se convirtió en la trama de este libro.

Estaba anocheciendo

Tatiana Oliva Morales

Cover designer Tatiana Oliva Morales

© Tatiana Oliva Morales, 2020

© Tatiana Oliva Morales, cover design, 2020

ISBN 978-5-4498-2880-4

Created with Ridero smart publishing system

Anotación

Hace unos años vi la actuación de Mikhail Zadornov con su monólogo “Estaba anocheciendo”, que realmente me gustó y no podía sacarlo de mi mente. Entonces decidí que definitivamente escribiría algo del mismo estilo. Pero no me pasaba ninguna situación vital correspondiente. Y ese Año Nuevo, durante la cena de celebración, uno de los invitados había contado la historia muy divertida que se convirtió en la trama de este libro.

Estaba anocheciendo

Estaba anocheciendo. Yegorych estaba de buen humor: ese día exactamente a las 19:00 iba a ver el próximo partido de fútbol en el nuevo televisor, que acababa de comprar en una tienda rural local.

Para alcanzar el placer total del próximo proceso, previamente había preparado cerveza fría y pescado seco.

Y a la hora fijada, encendió el televisor, apreciando positivamente efectos de sonido estéreo y calidad de la imagen mostrada, sorbió un poco de bebida espumosa fría de su jarra favorita y profundizó en la visualización.

Pero en el momento más intenso del juego en la televisión, de repente algo salió mal, y en un momento la pantalla se volvió completamente negra.

– ¡Oh!, una porquería alada, te has vuelto a sentar en la antena, Styopka,¡qué coño! – Yegorych maldijo irritado y salió al patio.

Lanzó una mirada furiosa al tejado de su casa y vio allí lo que había esperado ver: a la porquería alada, a Styopka, que primero se había sentado en silencio en la antena de televisión, pero al ver al dueño de esa, comenzó a bailar sobre ella, y, además, emitir graznidos largos y beligerantes.


Вы ознакомились с фрагментом книги.
Приобретайте полный текст книги у нашего партнера:
На страницу:
1 из 1