Tu día está bien claro. Por la mañana, hay una invariable taza de café, la computadora portátil siempre abierta sobre la mesa, una hoja blanca y vacia de formato Word, un cambio interminable de las estaciones fuera de la ventana y el Ministerio de Defensa con la bandera rusa ondeanda en el viento.
A veces los poemas irrumpen en el proceso de escribir prosa o libros de texto, no hay otra manera de decirlo. Llegan, sin invitación e inesperados, exigiendo ser apuntados de inmediato en una hoja blanca de formato Word.
A veces vuelan en uno a la vez, y a veces en manadas, acompañados por música, te impiden dormir por la noche, solo porque han decidido hacerlo. No puedes rechazarles; Va más allá de tu control. Dejas de lado todos los asuntos actuales y empiezas a complacerles.
El poeta es un hombre mundano ordinario, y ellos descienden del cielo, como bandadas de pájaros. Los poemas se convierten poco a poco en libros, obtienen sus propios nombres y lugares en los estantes virtuales de cientos de tiendas en línea, a veces se convierten en medios impresos en los estantes de lectores familiares y desconocidos.
Clave para el ejercicio 3
La clave de este ejercicio es el ejercicio 1.
Clave para el ejercicio 4
La clave de este ejercicio es el ejercicio 1.
Ejercicio 5
Lee y traduce consistentemente (primero en inglés, luego en español) estos cuentos. Apunte y aprende por memoria nuevas palabras y modismos. Vuelve a contar consecutivamente el contenido cerca del texto.
Poems and © Linguistic Reanimator textbooks / Poemas y libros de texto © Reanimador Lingüístico
Ejercicio 6
Lea los cuentos del ejercicio 1 en el siguiente orden, primero la oración a la izquierda, luego su equivalente a la derecha. Obtenga la pronunciación correcta en inglés y español para lograr la transición fácil de un idioma a otro.
Ejemplo
Ejercicio 7
Traduce el cuento al inglés.
Poemas y libros de texto © Reanimador Lingüístico
Si hace 10 años me hubieran dicho que algún día me convertirí en escritor, no habría podido dejar de reírme por mucho tiempo y nunca lo habría creído. Pero me sucedió, por extraño que parezca. Como se dice: no se puede escapar del destino, huir o esconderte. Te rastreará de todos modos, controlará, mostrando su cola astuta, sonriendo sarcásticamente y te pondrá en tu sitio.
La primera vez que escribí algo tenía unos cinco años y comencé a componer poesía el momento que comencé a hablar. Estos son los recuerdos de mi madre, pero personalmente yo recuerdo muy poco sobre esa época de mi vida.
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