A diferencia de m?, Аngel ten?a hombros anchos, un pecho poderoso y brazos musculosos. Me enjabonо y empezо a masajearme los hombros, el cuello y la espalda.
Cubr? su pene y sus test?culos con espuma y mi hermano, a su vez, me enjabonо la entrepierna. Luego su mano se deslizо entre mis piernas y entre mis nalgas. Аngel hizo una pausa, despuеs de lo cual su dedo recto y jabonoso pasо por mi esf?nter y subiо por mi recto, enjabonаndolo desde adentro. Luego me dijo que me enjuagara y saliera de la ducha.
“Volverе pronto”, – prometiо.
Аngel regresо un par de minutos despuеs con una jeringa grande de otro ba?o.
"Probablemente necesites un poco mаs de lubricante", – dijo.
Comencе a darle la espalda, pero mi hermano me detuvo. Puso una mano en mi hombro, capturо mis labios con un beso y chupо mi lengua con su boca.
Durante el beso, sent? la punta de la boquilla deslizarse a travеs de mi esf?nter. Luego sent? que Аngel insertо la boquilla en mi ano hasta el final y nuevamente el recipiente con lubricante quedо encajado entre mis nalgas.
Mi hermano apretо con fuerza el recipiente y exprimiо el lubricante dentro de m?. Sent? un cosquilleo mentolado en el estоmago cuando nuestras lenguas se deslizaron una contra la otra. Como antes, Аngel presionо el recipiente contra mi ano para evitar que el lubricante se escapara durante varios minutos. Sent? una profunda gratitud hacia mi hermano: gratitud por el lubricante, gratitud por la menta, gratitud por el hecho de que permitiо que mi lengua entrara en su boca. Y gratitud por el hecho de que se convirtiо en mi gu?a a un nuevo y aterrador mundo de placeres sexuales previamente desconocidos.
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