– Lo siento, Аngel. Por favor, dеjame correrme. Por favor.
– Mаs tarde, – prometiо mi hermano.
Introdujo el dispositivo en mi ano hasta que volviо a sentir resistencia. Varias veces introdujo la punta por el cuello de botella y luego volviо a sacarla hasta que la resistencia fue desapareciendo por completo.
Entonces empezо a empujar el vibrador a?n mаs adentro hasta que los 30 cent?metros cab?an dentro de mis entra?as. Durante todo este tiempo estuve gimiendo y pidiendo clemencia, pero no volv? a soltar las nalgas.
Аngel estaba orgulloso de m? y de s? mismo al mismo tiempo. Dejо el juguete en mi ano y se dirigiо al otro extremo de la silla. Ten?a los ojos cerrados y respiraba con frecuencia, como si me faltara el aire. Mi hermano me acariciо la mejilla y me besо apasionadamente antes de subirse a la silla y colocarse sobre mi cara. Bajо la mano hasta mi entrepierna y tirо ligeramente de la empu?adura del aparato.
– Llеvame al orgasmo y te lo sacarе del culo, – prometiо, y luego acercо su entrepierna a mi cara.
Levantе la cabeza para tocar a Аngel. Mi hermano estaba tan cachondo y duro que sab?a que no durar?a mucho. Durante unos minutos le chupе la cabeza y le toquе el frenillo con la lengua, y luego pasе a otro modo, chupаndole la polla y atacando vigorosamente la hendidura con la punta de la lengua. El efecto no se hizo esperar. Despuеs de chuparle la polla sin prisas, Аngel se sorprendiо por la repentina y brusca succiоn de su polla hasta la ra?z. Fue como si su compa?ero quedara atrapado entre mis labios, y cuando empecе a tragаrmelo intensamente, mi hermano explotо y empezо a chorrear su semen dentro de m?.
Аngel dijo que nunca le hab?an acariciado con una lengua tan suave y hаbil. Para m? fue un s?per cumplido. Dijo que le acariciе tan suave y aterciopeladamente que se corriо inesperadamente, sin avisar, acercando mi cara lo mаs posible e inundando mi boca de dulce nеctar. Аngel se retirо, sacudiendo ligeramente la polla.
– Nita, Nita, Nita… Hoy s? que vamos a experimentar mucho placer.
Аngel sonriо ampliamente y negо con la cabeza. Se inclinо sobre m? y me lamiо la mejilla. Girе la cabeza hacia еl y abr? la boca. Аngel me besо y nuestras lenguas entrelazadas se deslizaron juntas en mi boca como serpientes en una danza de apareamiento. Mientras nos besаbamos, Аngel metiо la mano en el ano y empezо a sacar lentamente el vibrador, tirando de еl hacia fuera y hacia arriba hasta que el pomo del extremo presionо contra mi esf?nter interno. Luego, sosteniendo el mango entre mis piernas para que pudiera verlo, rodeо la mesa y volviо a colocarse entre mis piernas.
– Esta va a ser la parte mаs dif?cil de nuestro juego -dijo con calma-. – Ahora intenta relajarte hasta que te ordene empujar.
Con estas palabras Аngel empujо el vibrador ligeramente hacia dentro, y deslizо dos dedos junto al pomo dentro de mi ano. Sent? que sus dedos se entrelazaban entre s?, se extend?an y empezaban a masajear y estirar mi ano desde dentro hacia fuera. Intentе relajarme, pero el colgante volviо a alcanzar mi plexo solar anal y empecе a temblar de nuevo. Al cabo de un par de minutos, Аngel retirо los dedos de mi orificio anal y tirо de la unidad hacia fuera, de nuevo hacia mi esf?nter.
– ?Ahora empuja! – me ordenо.
Empujе. Аngel moviо el vibrador y еste saliо volando hacia el suelo. Me sent? como si acabara de dar a luz. Sonre? a Аngel mientras levantaba el vibrador para ense?аrmelo.
– Descansa, Nitita. Puedes relajarte", me dijo con dulzura.
Su voz me tranquilizо.
– Ya hab?amos llegado a la mitad del escenario.
As? que a?n queda la mitad.... Me desplomе en la silla y cerrе los ojos. Mi mente era un revoltijo de pensamientos vagos. No pod?a creer que me hubiera metido en semejante aventura, y me sent?a incоmoda porque, en cierto modo, todo aquello me parec?a terriblemente erоtico y excitante. La razоn era, en parte, el encanto innato, el tacto y la belleza de Аngel. Mi hermano era realmente un macho guap?simo y sexy.
Era el tipo menos convencional que hab?a conocido. Y sab?a que a?n no hab?a mostrado toda su energ?a sexual.
Algunas de las sensaciones que estaba experimentando eran simplemente extraordinarias. Aunque ten?a una visiоn bastante amplia de lo que implicaban las relaciones ?ntimas, nunca antes hab?a sido capaz de imaginarme sumisa, pasiva, sometiendo mi ano y deseando la penetraciоn de mi propio hermano.
?Amor o incesto?
Hasta esa noche, esas cosas se hab?an asociado demasiado firmemente con la perversiоn y el incesto… pero Аngel me hab?a hecho cambiar de opiniоn. Ahora, sabiendo que mi propio hermano se dispon?a a follarme por el ano, me sent?a lo bastante libre de prejuicios como para permit?rselo.
Pero, ?a quiеn quer?a enga?ar? No sоlo estaba dispuesta a permitirlo: deseaba la penetraciоn de Аngel en mi ano, quer?a entregarme a еl. Es cierto que no deseaba los ejercicios de desarrollo del ano que estaba a punto de experimentar antes de entregarme a mi hermano, pero esperaba que Аngel supiera lo que hac?a. De momento, lo sab?a.
Mientras tanto, el propio Аngel se excitaba cada vez mаs, pensando en los placeres que le esperaban. Pronto le rogar?a que me dominara yo misma, y eso ser?a muy diferente de la preparaciоn mecаnica que hac?an otros t?os antes de follarme el culo.
Si mi hermanito quiere prepararme para el anal, significa que siente verdadero amor y pasiоn. Y puedo ver ese deseo apasionado de poseer, de follar, de llenar el recto de su hermanita favorita.
Por mi parte, existe el mismo deseo apasionado de entregarme, de que me follen, de poner mi ano a completa disposiciоn de mi hermano.
– Ensе?ame tu agujero, Nita -dijo con calma.
Abr? los ojos, me llevе las manos a las nalgas y volv? a separarlas. Аngel estaba de pie entre mis piernas, de nuevo con una sonrisa lasciva y astuta en la cara y un "dilatador" en la mano.
El dilatador anal ya estaba engrasado con lubricante y brillaba a la luz. Le devolv? la sonrisa a Аngel, y durante unos segundos nos miramos a los ojos. Instintivamente sab?amos que еramos parecidos sexualmente, y ahora por primera vez nos dаbamos cuenta de que estаbamos unidos por la lujuria y el deseo mutuos. Аngel pasо su dedo por mi ano y lo moviо en su interior, sin dejar de mirarme. Yo quer?a al menos tocarlo con la mano, y mi hermano se daba cuenta.
"Pronto todo mi cuerpo estarа en sus manos", pensе. – "Pero primero tengo que tener paciencia si mi hermano quiere jugar tanto conmigo". Аngel retirо el dedo y lo sustituyо por la punta de un dilatador anal inflable. Sostuvo la punta contra el orificio anal y la girо lentamente.
– Empuja, – me ordenо. – Empuja como si estuvieras sentada en el vаter.
– Obedec?. Respirе aliviado cuando el dilatador anal penetrо en mi ano sin dificultad. Аngel bombeо el aire con la pera – y sent? que el capuchоn se agrandaba en mi recto. Volviо a bombear y sent? que el dispositivo presionaba mi ano, ensanchаndolo mаs que nunca. Un bombeo mаs y me vi obligada a pedir clemencia:
– ?Por favor, Аngel, no mаs! Por favor. – suplicaba.
– Estа bien, vamos a descansar -aceptо mi hermano-. – No hay prisa.
Аngel soltо la pera y еsta quedо colgando de la manguera que sobresal?a de mi ano. Mi hermano se acercо a mi lado derecho.
– Relаjate -dijo-. – Descansa.
Mi ano estaba claramente estirado y abierto por el dilatador como nunca lo hab?a estado en mi vida. Ni siquiera me hab?a dado cuenta de que mi esf?nter era capaz de dilatarse tanto.
As? que agradec? esta pausa. Ahora me parec?a que mi ano ya hab?a formado un hueco con la forma de los dedos de mi hermano. Para mi sorpresa, Аngel me cogiо la mano. Me besо la palma, despuеs de lo cual me chupо todos los dedos, uno por uno.
– Tоcame. Acar?ciame, – sugiriо.
Aceptе. Le pasе los dedos por la cara y el cuello, luego por los hombros y el pecho. Toquе sus duros pezones con el pulgar y el ?ndice, la suave piel de su pecho. Pasе la mano por su hermoso vientre plano, por la parte baja de su espalda, y luego bajе mаs y toquе las firmes pelotas, sus nalgas y el interior de sus muslos.
Sent? que Аngel a?n ten?a una firme erecciоn. Me cogiо la mano y se la pasо por el pubis. Luego guiо mi mano hasta su polla.
– Acar?ciame, – repitiо Аngel. – Acar?ciame.
Empecе a explorar con la mano todo lo que antes hab?a acariciado con la lengua y la nariz: los tiernos test?culos de Аngel, su dura polla palpitando en mi palma, el orificio uretral de la cabeza. Empecе a introducir la punta del dedo en su ano, y mi hermano me detuvo bruscamente:
– Hermanita, a los hombres no se les toca ese sitio, – negо con la cabeza.
– En realidad, ya he jugado antes con los anos de los hombres. No veo nada malo en ello. – dije con sorpresa.
– Bueno, puede que hayas tocado a alguien ah?, pero a m? no me gusta que las chicas me toquen ah?. En nuestros juegos yo domino y hago lo que quiero, si no, no podremos construir una relaciоn anal sana contigo.
Bajо la mano hasta mi entrepierna y me dio otro apretоn en la pera. Hice una mueca de dolor… y respirе con dificultad.
– Lo siento, Аngel. No era mi intenciоn -gem?.
Аngel me sujetо las mu?ecas a su cintura, de modo que yo pod?a alcanzarme las nalgas pero no pod?a llevarme las manos a la cabeza. Entonces mi hermano volviо a colocarse entre mis piernas.
– Ensе?amelo, – me ordenо.