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Sexo anal

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2024
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– ?Te gusta?

– Mmm-hmm, ?son geniales! Estаs francamente guapo -sonr?o avergonzada, intentando convertirlo todo en una broma-.

– Me alegro de que nos hayamos conocido. – Dice sin dejar de mirarme.

– A m? tambiеn. – le respondo bajando la mirada.

– Eres muy guapa. Por cierto, ?les gustas mucho a casi todos mis amigos! Todos los chicos se han empalmado contigo enseguida.

– ?Y a ti? ?T? tambiеn te has empalmado? – Le miro y me tapo los ojos. El chico me besa suavemente en los labios.

– La verdad es que s?… Y de hecho, ?iba a pedirte que te quedaras en mi casa esta noche!

– ?Una noche? – vuelvo a preguntarle.

– Bueno, s?. Nos sentaremos, tomaremos algo, veremos una pel?cula, tengo una porno interesante....

Me ofrece una copa y acepto. La primera botella de vino estа vac?a. Abrimos la segunda, un dulce calor se extiende por mi cuerpo…

Y entonces pasamos al dormitorio.... Me besa lentamente los pechos desnudos, mientras mi ropa y mi sujetador yacen en el suelo.

Mis dedos se hundieron en su pelo y los besos de Miguel se hicieron mаs insistentes. Me dejе llevar por sus hаbiles caricias mientras sus labios exploraban mi vientre, bajando lentamente hasta llegar a mis muslos.

El chico se levantо, me mirо como pidiendo permiso para continuar y, sin negarse, se desnudо rаpidamente, dejаndose sоlo el slip puesto. Se quedо un rato delante de m?, admirando mi cuerpo y dejando que yo admirara el suyo, y luego se quitо lentamente el slip.

Estaba tumbada en la cama con las bragas todav?a puestas. Cuando estuve completamente desnuda, Miguel se acercо a m? y me bajо lentamente las bragas. Levantando mis caderas le ayudе a quitаrmelas y cuando tambiеn volaron al suelo, sent? los dedos de Miguel abriendo mi vagina y penetrаndola poco a poco.

Por lo visto, mi amante ten?a bastante experiencia en cuestiones de amor, porque lo que sus dedos hac?an dentro de m? no se pod?a comparar con ninguna otra cosa. Me retorc?a en sus manos como una serpiente en la arena caliente y sоlo despuеs de que el primer orgasmo me hubiera golpeado sonriо satisfecho, abriо mis piernas y me penetrо bruscamente.

Me sorprendiо lo poco convencional que era la cabeza de este chico. Era de tal tama?o que pod?a asegurarlo: nunca hab?a visto nada igual. ?Cоmo es posible que tuviera una cabeza de tal diаmetro?

Debido a este diаmetro, sent? una fuerte tensiоn en mi entrepierna, y cuando esta cabeza se deslizо sobre mi ?tero, me preguntе cuаnto placer podr?a dar un chico que estaba dotado por la naturaleza con tal instrumento.

Los movimientos fueron lentos al principio, como si su polla estuviera explorando mi cueva, tomаndose su tiempo para penetrar cada vez mаs hondo. Sus manos cubr?an mis pechos y, al ritmo de las embestidas, sus dedos me apretaban los pezones. Poco a poco, los movimientos se hicieron mаs bruscos y el ritmo se acelerо. Rodeе sus caderas con las piernas para permitirle una penetraciоn mаs profunda y me arqueе, con los dedos apretados en sus manos como si quisiera clavаrselos.

El ritmo aumentaba y cre? que iba a morirme de placer, pero Miguel no me dio esa oportunidad. Se apartо de m? bruscamente y me pidiо que me diera la vuelta.

Me di la vuelta y le dejе ver mi trasero y sent? su dedo penetrando mi culo, mientras su polla ya estaba de nuevo en mi entrepierna casi en toda su longitud.

– Relаjate, nena. – O? el susurro intermitente de Miguel. – Te encantarа, te lo prometo. ?Nunca has tenido sexo anal?

– S?, pero ten cuidado. Tienes una cabeza anormal, tengo miedo de que me da?es el anillo. – Sollocе al sentir cоmo introduc?a un segundo dedo. Ten?a sexo anal y me gustaba que me follaran por el culo, pero siempre tuve miedo de los t?os tan grandes como Miguel, que pod?an da?arme algo. Por eso no puedo dejar que todos los t?os entren en mi cuerpo por la entrada trasera, sоlo selectivamente, como aquel tipo del bus…

– No tengas miedo, Nitita, todo irа bien, sе follar por el culo. – Susurrо y con la otra mano me inmovilizо contra la cama.

Sus dedos y su polla se mov?an al mismo ritmo, me dol?a un poco y quer?a que parara, pero al mismo tiempo me excitaba. Se volviо mаs insistente e introdujo un tercer dedo, gem?, ya fuera de dolor o de placer y entonces sacо los dedos y empezо a presionar con la cabeza de su polla en mi rosal intentando penetrarme el culo.

Intentе zafarme, pero me apretо con fuerza contra la cama y no pude moverme. Entonces empujо mаs fuerte y su polla entrо en mi oscuro agujero. Con sus dedos estimulando mi cl?toris, el tipo empezо a moverse mаs deprisa. El dolor fue cediendo poco a poco y sent? que me levantaba el culo y me pon?a la mano en el vientre. Concentrada en las sensaciones, me relajе y me di cuenta de que estaba disfrutando.

Me agachе para que pudiera penetrarme mаs cоmodamente, me levantе y puse mis pechos en sus manos, agarrаndolos, empezо a amasarlos, acelerando el ritmo de sus embestidas. Por un momento sent? que iba a estallar, y con ese pensamiento tuve un orgasmo como nunca antes hab?a experimentado.

– ?Eres incre?ble! – susurrе, sintiendo su semen palpitando y llenаndome.

Quе bien me siento entre sus brazos, pensе, apretаndome mаs contra еl.

– ?Tienes hambre? Siempre tengo hambre despuеs del sexo. – dijo levantаndose-. Voy a cocinar algo, acompа?ame si quieres.

Envolviеndome en una sаbana, le segu? hasta la cocina. Me dol?a un poco la espalda y me sent?a incоmoda. Demasiado para conocernos. Pero cuando entrе en la cocina y le vi ante los fogones con su delantal, decid? hacer otra cosa.

– ?Te lo has pasado bien conmigo? – preguntе apenas audiblemente, mojando galletas con leche.

– Por supuesto, cari?o, ?quе clase de preguntas? – Su sonrisa volviо a jugarme una mala pasada, apagando mi cerebro- ?Te quedas conmigo esta noche o te vas a casa?

– Probablemente deber?a irme a casa -murmurе, dаndome cuenta de que no ser?a capaz de explicarle a mi hermano que no hab?a estado en casa en toda la noche.

– Bueno, como quieras. Dijiste que pod?as quedarte antes. – dijo el chico levantаndose de la mesa. – Todav?a tenemos tiempo, ?no? – murmurо, acercаndose a m? y quitаndome la sаbana de encima.

– Un poco. – susurrе, sintiendo su lengua en mi pezоn.

– Nita, ?quieres que te folle por el culo otra vez?

Esa era la pregunta que mаs tem?a.

– Hagаmoslo. ?Cоmo quieres hacerlo?

– Me voy a tumbar boca arriba y t? te vas a sentar encima de m?.

Todo mi cuerpo palpitaba de excitaciоn. Voy a tener que ponerme sobre la gran polla de Miguel.

– Muy bien. Adelante.

Es demasiado raro el anal

El chico se tumbо boca arriba de modo que sus pies estaban en el suelo. Me sentе en su regazo, y luego me levantе y me mov? para que su polla erecta tocara mi agujero. No estaba completamente cerrado despuеs de mi penetraciоn anal reciente. Incluso pod?a sentir cоmo mi agujero se agitaba y respiraba.

Miguel alargо la mano y, recogiendo los copiosos jugos de mi raja, lubricо con ellos mi ano y su polla. Me puse de pie con las manos sobre su regazo y empecе a bajar lentamente sobre su polla, paralizаndome por dentro por la expectaciоn del cosquilleo y el dolor anal.

La polla se deslizо entre mis nalgas regordetas y se apoyо contra mi ano. Me quedе quieta. Mi culo se cerrо espontаnea y automаticamente, negаndose a dejar entrar a mi invitado. Sent? que Miguel me acariciaba y de vez en cuando me separaba las nalgas, intentando ver lo que ocurr?a. Intentе relajar el ano y bajе un poco mаs. Mi ano comenzо a estirarse de nuevo sin prisa, dejando entrar la polla. Fue entonces cuando llegо el primer dolor. Gem? suavemente y volv? a parar.

Mis anteriores novios ten?an vergas mucho mаs peque?as, y nadie me la hab?a metido tan adentro. Y esta cabeza… ?Y por quе era tan enorme?

– Vamos, cari?o, muеvete. Estа entrando. ?Se siente incоmodo?

– ?Es genial! ?Sоlo duele un poco! Estа haciendo cosquillas en el anillo.

Intentе bajar a?n mаs. Pod?a sentir como mi apretado anillo se estrechaba y la polla penetraba cada vez mаs profundo. Varias veces pensе que mi culo no podr?a estirarse mаs y que la polla lo desgarrar?a. El dolor ya era intenso. Gem?a fuerte con cada movimiento, y el tipo, tomando estos gemidos como signos de excitaciоn, segu?a animаndome.

– Vale, Nitita No pasa nada. Lo estаs haciendo muy bien. La punta ya estа dentro. Un poco mаs, por favor.
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